viernes, 30 de noviembre de 2012

Nunca está de más mirar atrás




Un artículo de Guillermo Nicolau - @14Guille

Lo que está viviendo la parroquia culé estos últimos años es de cuento de hadas, y no me refiero a los años de Pep, ni a la suma de éstos con los de Rijkaard, me refiero a los más de 20 años de buen fútbol y éxitos, nacidos el día que Johan Cruyff tomó las riendas del primer equipo. Un modelo, un estilo, una forma de jugar que han llevado al Barcelona a ganar muchas ligas, copas de Europa, copas del Rey, mundiales de clubes y un largo etcétera.

Dice el bueno de Johan que el Barça no estaba acostumbrado a ganar, que el ritmo era de liga cada 15 años y de copa cada 7. Y tenía razón, el Barcelona no estaba en el Olimpo del fútbol europeo desde el querido equipo de Serrat, el famoso “Basora, César, Kubala, Moreno y Manchón”, y ni ese equipo pudo ser campeón de Europa, estrellándose en la fatídica final de los palos contra el Benfica.

 Más tarde vinieron las Recopas, las figuras de talla mundial, las gestas heroícas… pero siempre se reconocía al culé por sufridor, pesimista y un tanto miedoso. Desgraciadamente también se le reconoce por animar poco al equipo, por ser el equipo el que tire de él y no al revés, por hacer del Camp Nou un infierno solo en derbis, clásicos y batallas personales como las de Figo, por ejemplo. Dejando de lado el “para lo que cobran, deberían ganarlo todo” porque el mundo está montado así y es lo que hay, el culé no animaba a su equipo con pasión si no veían que el equipo funcionaba. Ahora el culé anima… pero ahora es fácil.

Ahora es fácil porque el equipo lo gana todo o casi todo e incluso ahí, este servidor piensa que el culé se equivoca. El culé tiene que estar orgulloso de su Barça no solo por ganar sino por la forma en que lo hace, por ser la envidia de muchos, por saber siempre a lo que juega, por tener las ideas claras, por tener un modelo que se va mejorando día a día, por, en definitiva por tener personalidad, algo fundamental para un equipo grande.

La parroquia azulgrana así lo expresó cuando el Chelsea nos apea de la final de Munich, agradeciendo al equipo el esfuerzo, que no sea la última vez…

Nunca está de más mirar atrás, aprender del pasado y valorar el presente que, créanme, es lo más parecido a un sueño hecho realidad para un club de fútbol.

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