sábado, 17 de noviembre de 2012

La firma invitada - Villa y su mística



Un artículo de Josué Rubio - @Ryuga_13

Volvió Villa a la Roja tras un largo estancamiento desde que se quebrara la tibia en el Mundial de Clubes disputado en Japón a finales del año pasado. Y lo hizo como mejor sabe: goleando y como 9. Y con el regalo de ser capitán por primera vez. Del Bosque sabe que es su mejor estilete y que necesita de minutos para recobrar sensaciones.

Ya desde el comienzo del partido nos pudimos dar cuenta de que el Guaje andaba fresco de piernas y hambriento de minutos y goles. Participativo en muchas jugadas, preciso en el pase y volviendo locos a los panameños, David tomó las riendas ofensivas del combinado español con gran éxito, pudiendo culminar una maravillosa jugada personal de Iniesta ( ríete tú de Zizou… ) que mandó un pase sellado, firmado y con un beso para que Villa empalase en boca de gol.

Cuánto ha echado de menos el Barça y la Roja a 7 de España. Hablar de Villa es hablar de gol, de peligro, de velocidad y de técnica surtida, desde una asistencia de tacón a la folha seca con la que dejó boquiabierto al Santiago Bernabéu en la Supercopa del 2011. Contar con el asturiano es un auténtico lujo, porque siempre trabaja mucho y muy bien, e imprime un coraje al equipo que es propio de los grandes líderes. En el Barça, este año, ha estado aprovechando mejor que nadie sus minutos, dando puntos decisivos a los culés en partidos que, a poco del pitido final, estaban muy cuesta arriba. Si Villa está en el campo, contesta con hechos a los que se atreven a cuestionarle. Como si de ese boxeador ultraligero que pega con la cadencia del colibrí y la precisión del águila, genera estupor entre el público y un profundo miedo, basado en el respeto, al rival.

El asturiano, el máximo artillero de la historia de la mejor selección de todos los tiempos, dicen los números, ha vuelto y aun está llamado a ir, junto con sus compañeros de Selección, a la frontera final: Brasil 2014.

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