miércoles, 28 de noviembre de 2012

Gangs of Bernabeu



Un artículo de David Aparicio - @Banquilleros

Finalmente ha ocurrido. Mourinho, queriendo o sin querer, ha logrado dividir al madridismo. Como suele decirse, los resultados lo sostienen todo. Cuando estos son positivos, todo es más llevadero, amable. Sin embargo en la decepción y el desencanto progresivo, es inevitable e injusto si lo quieren, la aparición de la crítica más mundana y primitiva. Incondicionales, agradaores, piperos, disfrazados, críticos, el Bernabeu se ha convertido con el paso de los meses en aquella Nueva York pandillera en la que cada facción luchaba a su manera por un futuro mejor. Para unos, los que Scorsesse en "Gangs of New York" denomino “Nativos” (Irónico si lo quieren) ,el continuismo es ley y habla portugués. Para otros, los “Conejos muertos”, la catarsis pasa por el retoñar, por la purificación, por una vuelta a los orígenes obligatoria.

El madridismo eligió un partido de Copa intrascendente ante el Alcoyano, para presentar un plebiscito latente a la vez que amodorrado. Sin duda la derrota en Sevilla ante el Betis amén de los 11 y 8 puntos de ventaja respecto a F.C.Barcelona y Atlético de Madrid, han sido el despertador encargado de triturar la calma blanca. Lo que decíamos antes de los resultados.

La actitud estos últimos días de Mourinho y su troupe, no ayuda a sosegar los ánimos. Sus desplantes continuos a la prensa, han terminado por pasarle factura. Las excusas habituales tras derrotas inexplicables, ya no son secundadas por el aparato mediático, que parece haberse hartado de ser los malos de la película. La presidencia, con un par de decisiones contrarias a las intenciones de Mourinho (Caso Toril, Hierro...), se desmarca temiendo que la avalancha les arrastre sin remedio. Los jugadores evidencian tensiones internas en cada una de sus declaraciones públicas (en las pocas ocasiones que se les permite hablar con la prensa). Y en cuanto a la cantera, de sobras es conocido el divorcio total entre Toril y el técnico del primer equipo. Ayer mismo, en un partido intrascendente ya que el resultado de la ida era definitivo, Mourinho no dudó en dar entrada a Benzema y Di Maria en sustitución de Morata y Tcherychev para al menos asegurar la victoria. Un gesto indicativo, que bajo mi punto de vista deja bien a las claras la poca confianza que Mou dispensa a los jóvenes valores de la fábrica. Súmenle a todo ello, los continuos cantos de sirena que llegan desde Paris y que insisten en situar al de Setubal en el PSG la próxima temporada, seguramente acompañado por Cristiano Ronaldo.

Y pese a todo, el Real Madrid sigue siendo para culés y colchoneros un rival más que temible. El conjunto de la capital ha demostrado en no pocas ocasiones que es en la adversidad donde encuentra su mayor inspiración. Mourinho usará, como lo ha hecho otras veces, todos estos factores adversos a modo de anzuelo provocador. Hará creer a los jugadores que su cruzada, es la de ellos. Les convencerá de que el mundo no les quiere, cuando en realidad, el mundo, a quien no quiere, es a él. Veremos si esta vez la plantilla recoge el guante o decide abandonar al portugués a su suerte.

Si los resultados vuelven, saldrá la cofradía del clavo ardiendo en procesión perpetua hasta Junio. El crítico, mientras tanto, hibernará hasta un tropiezo ya sí definitivo. Si por el contrario, la marcha del equipo prosigue por estos derroteros, la masa enfurecida, ("Nativos y conejos muertos") dictará sentencia. Es la ley del fútbol, una ley que no respeta ni al mismísimo "The Special one".

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