martes, 13 de noviembre de 2012

La firma invitada - Entre la épica y el lodazal



Un artículo de Coral González @coralgo

Ha pasado ya algo más de un año desde aquel pírrico encuentro que enfrentó al FC Barcelona y el Athletic de Bilbao en medio de una Catedral inundada por las fuertes lluvias que habían caído ese día sobre la capital vizcaína. Cuando todo parecía decidido apareció el de siempre, Messi, que consiguió igualar el marcador en el tiempo de descuento silenciando a un San Mamés que ya rugía celebrando la victoria.

Aquel partido fue definido por la prensa como ‘Una oda al fútbol’ (Marca) o ‘un espectáculo trepidante bajo la lluvia’ (La Razón). El equipo de Guardiola tuvo que medirse ante un Athletic épico, que recuperó su identidad de la mano de ‘El Loco’ Bielsa y al que la Catedral elevó con su entrega. Además, se topó con un terreno de juego en el que era prácticamente imposible desplegar su fútbol.

El pasado domingo, el Real Madrid consiguió arañar los tres puntos en el Ciudad de Valencia gracias a un gol de Morata casi al final del encuentro. El césped, encharcado y embarrado, convirtió en una lotería el duelo disputado entre dos de los conjuntos situados en la zona noble de la tabla. Imagen nefasta de una competición que pretende recuperar su trono como la más importante del mundo.

Muchos medios pidieron la suspensión, por otro lado lógica, del encuentro. Sobre ese terreno no se podía disputar un partido de Primera División. Los aficionados, que pagaron hasta 60 euros por ver el choque, merecen disfrutar de un espectáculo digno del precio de esa entrada. Todas esas afirmaciones son correctas, pero me gustaría saber cuántos charcos son necesarios para diferenciar la épica de un lodazal.

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