jueves, 13 de diciembre de 2012

Vamos a contar mentiras, tralará



Un artículo de Josué Rubio - @Ryuga_13

Lionel Messi, ese al que califican de mejor de la historia, es solo un bulo, un pufo, la mayor mentira del fútbol. Desde aquí voy a demostrar, con hechos irrefutables, por qué el argentino es solo uno más en el vasto océano futbolístico.

Lionel Messi, en su infancia, no fue aceptado en el club más prestigioso de su pais, River Plate, a causa de su enfermedad, la cual River se negó a financiar, por lo que no tuvo más remedio que irse a Barcelona, donde conoció a sus ahora súbditos Iniesta, Fàbregas o Piqué, entre otros tantos. Creció en La Masía y se desarrolló hasta que debutó en un Trofeo Joan Gamper contra la Juventus de Capello, quien aseguró haber visto a alguien fantástico. Qué vacías palabras para alguien que entraba por el portentoso Deco, motor del delicioso Barça de Rijkaard. A partir de ahí todo el mundo recuerda que era un mero revulsivo para cuando Giuly estuviera hastiado. De hecho, Del Horno lo vio tan irrelevante que decidió acabar con su pobre carrera con una entrada propia de hombres, no de niños como Messi. Posteriormente, en el año 2007, dejó un mero hat-trick contra el Real Madrid y, en un partido contra el Getafe, realizó una jugada totalmente sobrevalorada y elevada a la categoría de Maradona. Como si el Getafe fuese la Inglaterra del 86…

Tras un 2008 discreto, en el que su equipo no ganó nada por el evidente declive de Ronaldinho, llegó el año del triplete culé en el que Messi apenas influyó. De hecho, aquel año el pichichi de los blaugranas fue Eto’o, y el de la Liga, Forlán, dos jugadores cuyos nombres, hoy en día, están en la boca de todos. Marcó dos goles al Real Madrid de nuevo en el Bernabéu, y posteriormente marcó un gol en una final de Champions en la que Cristiano Ronaldo fue mucho más determinante en el bando de los red devils que Messi en el culé. Solo por eso y su gol con el pecho en la final del Mundial de Clubes le regalaron el primer balón de oro.

Si lo de 2009 fue escandaloso, lo de 2010 es para echarse a temblar. Solo ganó una Liga e igualó los 47 goles de Ronaldo en una temporada. Muchos hablan de aquel poker inédito frente al Arsenal, un equipo de medio pelo en cuartos de Champions, pero a la hora de la verdad contra el Inter de Mou, Leo se escondió y fue Ibra quien tiró de las riendas blaugranas en aquella eliminatoria. Para más inri, ganó su segundo balón de oro cuando Xavi o Iniesta si que lo merecían. Pues nada, segundo regalo.

En el 2011 si que parece que el chico mejoró algo, llegando a ganar 5 de los 6 títulos en liza, pero todo el mundo se olvida de aquel gol de CR7 en la final de Copa y habla de la cabalgada maradoniana del argentino en el Bernabeu. Como si el Real Madrid fuera, adivinen, la Inglaterra del 86. Además, Cristiano fue el pichichi aquel año con 41 goles, algo nunca visto. Muchos direis que fueron de penalty, pero hay que meterlos, y valen más cuando los marca el de Madeira que cuando los transforma esta mentira de metro setenta. Si nos paramos en su desastrosa Copa América, lo de su tercer balón de oro consecutivo no se puede entender.

Y en este 2012, cuarto y mitad de lo de 2010. Una cochina Copa del Rey, un penalty marrado en semis de Champions, un pichichi ganado por penas máximas, una Supercopa de España perdida por su culpa cuando falló el 4-1 casi definitivo. Mucho se ha hablado del record de Müller, hasta hoy, pero pobre Messi, le ha durado un triste día porque el record real lo tiene Godfrey Chitalu, de la potentísima Liga de Zambia, con 107 goles y una repercusión global enormemente superior a la tuya. Si a la Pulga le regalan el cuarto balón de oro, se denunciará a la UEFA porque a los defensores de la verdad no nos gustan que nos engañen como llevas tú cinco años engañando al planeta fútbol. La historia se acordará para siempre de Godfrey Chitalu, no de ti.

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