viernes, 7 de diciembre de 2012

Los potros



Un artículo de Joseph Lara Abán - @SoldadoDeLee

“El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen”. Anatole France

¿El partido del miércoles?, pues fue un partido entre sombras, las del presente y las del futuro. Muchos han dicho poco del partido y es que el simulacro de lesión de Messi es capaz de opacar partidos como este o como cualquier otro. ¿Un partido aburrido? Para algunos seguramente, pero yo me quedo con el espectáculo de los potros. ¿No han visto a los potros?

Escribía Horacio Quiroga en las líneas de su cuento El potro salvaje: “Era un caballo, un joven potro de corazón ardiente…”, y tal cual, no he visto solo a uno, he visto a cuatro potros sobre el Camp Nou. ¿No les parece? Bueno, en otras palabras, estoy encantado con los muchachos de la filial, la que sigo de vez en cuando y gracias a los videos resumen, comentarios y estadísticas que ofrece la cuenta twitter de @FCBfilial (¡tremendo trabajo, felicitaciones!). Pero tampoco les voy a mentir: ni Planas, ni Sergi Roberto, ni Rafinha, menos Deulofeu han podido ofrecer lo que hacen en el Mini Estadi; incluso han invocado a los fantasmas del Barça B y han hecho sufrir al equipo, eso a pesar de la presencia de jugadores como Puyol, Adriano, Song, Thiago o Villa. Sin embargo creo que hubo algo muy valioso en los jugadores de la filial: la voluntad. Y en el grupo hay alguien que ha hecho la diferencia, aunque no haya lucido demasiado y es que: “Corría con la crin al viento y el viento en sus dilatadas narices”; ese alguien fue Rafinha.

Les invito a ver la repetición del partido y ubicar al treinta: estaba de extremo cuando por naturaleza su espacio es el centro del campo y sobre todo de interior; pero corrió y corrió por todo el campo. Ayudó en la medida de sus condiciones a Montoya en la banda, otras veces se fue hacia el centro, muy cerca de su hermano, para hacer un par de coberturas y también intentar auxiliar la salida. Mordió cada balón aún en contra de sus posibilidades y condiciones físicas, propuso y se mostró aunque se haya equivocado en muchas de esas veces. En resumidas cuentas: jugó como si le hubiesen dicho que no volvería a jugar. “Aquel joven potro, como hemos dicho, ponía en sus narices, en sus cascos y en su carrera todo su ardiente corazón. Bella impresión”.

Más allá del desorden táctico y la necesidad de que aprenda a medir sus energías para usarlas en los momentos oportunos, Rafinha nos ha mostrado un tremendo compromiso. No le ha importado cambiar de posición y exigirse al máximo para apoyar la causa, sea en transición defensiva o en ataque. Ha sacrificado su juego, el que adorna el Mini Estadi con constantes serpenteos e ingeniosa coordinación, lo ha sacrificado con tal de poder correr con el primer equipo sobre el pasto del Camp Nou. Ya sé que lo dicho puede parecerles bastante subjetivo, pero la filial y todas las divisiones de menores deben de ver cuál es el camino, recordar que no basta ser de la Masía para jugar en el primer equipo del Barça y es que el listón se los han dejado bien alto Busquets y Pedro (solo por recordar a un par de los mejores jugadores promovidos en la reciente época). Que recuerden los niños y jóvenes, para comenzar un camino, el que sea: voluntad y sacrificio.

Ya deben haber caído en cuenta que estoy valorando la actitud por encima del juego, sé muy bien que estos potros se encuentran todavía a millas y millas de los otros, los campeones; no obstante, es un deleite ver voluntades tan generosas y esta vez me he quedado con Rafinha. Me imaginé que Planas podía perder muchas veces la posición, pero no que transmitiera nervios. Y sí, estuvo Sergi Roberto, de veras es un crack, siempre cumplidor, pero la mayoría de las veces no pudo sobrevivir al box to box que proponía cuando trasladaba el balón y me pareció frágil.

Y Deulofeu, ¡ay!, perdónenme y es que nunca le veo hacer lo que hace en la filial en los partidos de peso o que haga un esfuerzo más allá de su propio plan de juego, como he leído por ahí: “su triunfo dependerá de lo que haga con su cabeza”. Los potros, el potro salvaje y la voluntad.

No se me ocurre como acabar esto, creo que debo repetir lo dicho por el profesor Bielsa: “correr es un acto voluntario y no de inspiración”. A los cuatro potros les queda mucho por madurar y en verdad no sé si llegarán a triunfar en el primer equipo, pero mientras se entreguen con la voluntad del potro salvaje nunca habrá nada que reprocharles, sino que le pregunten al gran Pedro. ¡Corred potros! ¡Corred! “Juventud y hambre son el más preciado don que puede conceder la vida a un fuerte corazón. Joven potro: tiéndete a fondo en tu carrera, aunque apenas se te dé para comer. Pues si llegas sin valor a la gloria por pingüe forraje, te salvará el haberte dado un día todo entero por un puñado de pasto”.

El potro salvaje - Horacio Quiroga, escritor uruguayo.

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