domingo, 2 de diciembre de 2012

Real Madrid 2-0 Atlético de Madrid. Todo sigue igual



Un artículo de Josué Rubio - @Ryuga_13

Se ha querido vender durante esta semana que el Atlético tenía opciones reales de vencer al Madrid en el Bernabeu. No me excluyo de esa venta, pues creía que el fortísimo carácter del Cholo iba a contagiar al conjunto colchonero de esa sobredosis de testosterona que brillaba por su ausencia en los últimos derbys.

Pero la cruda realidad rojiblanca fue que el caudal ofensivo del Atleti se acababa con un primer y único disparo de Falcao que Iker, sorpresa, atajó. Eso fue el Atlético, un conjunto más físico que el rival hasta que, por una mano totalmente absurda de Arda, llegó el gol de Cristiano ( ya era hora, Messi se aburre ) para pasar a ser una sombra de la mejor versión colchonera. Su influencia en el juego fue mínima y el Real, sin sacar lo mejor de si mismo, fue capaz de controlar al Atleti porque Falcao era un naufrago, la ausencia de Filipe Luis restaba opciones ofensivas y supuso un ridículo del Cata Díaz, y Arda, el mejor socio del colombiano, no se enteró de qué iba la película durante los 90 minutos. Todo se limitó a que Diego Costa sumara votos para ser Premio Nobel de la Paz. io

La segunda parte, cuarto y mitad de lo mismo. Un Atleti totalmente desenchufado y los blancos, con menos que nada, ponían los nervios a flor de piel en la parroquia rojiblanca. Cristiano se encargó de reventar cada palo de la portería de Courtois hasta que un pelotazo en largo de Casillas le llegó al luso, que en una portentosa carrera dio un pase a Özil para rematar solo. Zafarrancho de combate para mandar al Atleti a la lona.

Finiquitado el partido, las conclusiones que se pueden extraer es que este Atleti, aun estando preparado más que de sobra para luchar contra rivales de primer nivel, y a la Supercopa con el Chelsea me remito, sigue aplastado por la losa psicológica cuando le toca verse con el vecino. Si bien tienen como consuelo verse todavía 5 puntos por encima en la clasificación, la tarea del conjunto del Manzanares ahora pasa por no desfallecer y seguir con esa máxima de Simeone: partido a partido. Por su parte, el Real Madrid, a excepción de casos puntuales como el de Di María, parece ir retomando su velocidad real, a pesar de notarse más vulnerable.

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