miércoles, 31 de octubre de 2012

De los valores no debería presumirse



No me gusta la gente que alardea de valores. Lo hace mucho Rosell y entiendo que se debe a su deseo irrefrenable por defender a capa y espada el buen nombre del F.C.Barcelona. Existe un dicho popular que reza :”Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”.

Que nadie malinterprete mis palabras, para nada pienso que el F.C.Barcelona carezca de valores. Bien al contrario, opino que la entidad catalana puede enorgullecerse de poseer unos méritos sociales excelsos. Sin embargo, cacarearlos a la mínima ocasión me parece contraproducente. Corremos el riesgo de convertirnos en unos pedantes o peor, dar la sensación que necesitamos exponerlos por miedo a que no se noten. Además, que quieren que les diga, lo de dar lecciones está ya algo demodé.

Yo siempre he sido más del acto que de la palabra. Es decir, en mi vida personal, no voy por ahí pregonando a los cuatro vientos que tengo unos valores envidiables. Soy, me comporto, convivo y me relaciono con el entorno en base a unos criterios personales fruto de la suma de diferentes experiencias vitales. En función de todo ello el prójimo juzga y decide si mis valores y forma de ser son o no adecuados y ejemplarizantes.

Tampoco creo que el Barça deba pronunciarse sobre los valores de los demás (Al hilo de las declaraciones de Sandro efectuadas hoy mismo en un acto en Barcelona: "Humildad es no hacerse el chulo"). Bastante tiene uno con no meter la pata en su casa, como para preocuparse de lo que ocurre en la del vecino, “Cada palo que aguante su vela”. Entrar en el juego de yo soy mejor que tú, me parece ridículo, máxime cuando eres parte interesada.

Como ser anónimo pensante sin embargo, si que puedo aseverar que sigo sin ver claro el ratio beneficio/prejuicio que obtiene el Real Madrid con algunas de sus políticas. Me refiero a la infravaloración y uso de la cantera o la permisividad de ciertos comportamientos, cuando menos cuestionables, por parte de responsables deportivos o futbolistas de la primera plantilla, que no lo olvidemos, son iconos, reclamo y ejemplo para muchos. Una liga, una Copa y una Supercopa me parece poco bagaje como para poner en riesgo un código genético reconocido.

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