jueves, 30 de mayo de 2013

Sobre el asunto Abidal...

Complicado opinar con peso sobre el asunto Abidal. No sabemos ni lo que pidió el  futbolista para quedarse,  si es que llegó a pedir algo, ni lo que ofreció el Barça para convencerle, si es que en realidad ofreció algo. Quizá el club le propuso bajar la ficha y Abidal no aceptó. O tal vez el área técnica informó al jugador que difícilmente tendría minutos a lo largo de la temporada y optó por probar fortuna en otro lado. Sea como fuere, creo que ha sido un error por parte del Barça no haber alcanzado un acuerdo para lograr que el galo formase parte de la plantilla la próxima temporada.



Un club como el Barça vive de muchas más cosas aparte del fútbol propiamente dicho. Valores, ejemplaridad, identificación, emociones, afectos... y en este sentido, Abidal, aparte de sus incuestionables aptitudes para la práctica de este deporte, atesoraba todo eso merced a su lucha denodada contra la enfermedad, su profesionalidad manifiesta en cada minuto que ha disputado sobre el césped y su perenne espíritu de superación. Hoy el equipo ha perdido algo más que un pedazo de futbolista.

Transita Rosell por un fino alambre y la verdad, como funambulista, le veo poco recorrido. Si bien futbolísticamente el equipo aguanta el tipo, merced todo hay que decirlo, a cierta inercia postguardiolana (Para nada quiero criticar la labor de Tito que me parece un excelente técnico y es gran artífice del reciente título de liga), en el ámbito social los problemas se amontonan.

Obviamente nunca llueve a gusto de todos y a menudo, en las empresas, es necesario tomar decisiones drásticas e impopulares a fin de mejorar. Sin embargo, Rosell no debe olvidar que esto no es una empresa al uso. Esto es un club de fútbol, con millones de seguidores dispersados hasta en el más recóndito lugar del globo. Una afición que se mueve principalmente por sentimientos y no por dinero o rentabilidad. Gestos como asegurar la continuidad de Abidal, muchas veces son los que logran mantener la paz social y la comunión entre club y seguidores; Y esa comunión, en la mayoría de los casos, suele ser la antesala de los éxitos deportivos. Ahí Rosell está perdiendo con claridad la batalla. Ojo.

A partir de ahí, que el club haya dejado una puerta abierta a su retorno y que el jugador lo haya aceptado, supone un rayo de esperanza en un día de emociones contradictorias. #MerciAbidal

PD: Error de bulto fue anunciar que el contrato de Abidal estaba redactado y que cuando jugara un partido, renovaría. Lo jugó. Abidal cumplió con creces su promesa. El Barça no hizo lo propio con la suya. Esto si que es indiscutible. Todo muy mal medido.

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