domingo, 14 de julio de 2013

Sobre el asunto Rosell y Guardiola

Por lo que leo, parece que el discurso de Rosell tras la rueda de prensa de Pep, será en tono conciliador. Creo que es lo más sensato. En primer lugar Guardiola es leyenda viva del barcelonismo y sería poco inteligente abanderar una batalla ante el el técnico más loado en la historia de la entidad. El daño está hecho y las heridas son profundas.

La división del barcelonismo es palpable y poco o nada puede hacer el actual presidente para evitarlo. Además esta situación la ha provocado el propio Rosell con decisiones claramente contrarias a los ideales que prevalecieron en la época del hoy técnico del Bayern.  Me refiero a que lo esgrimido por Pep, es solo la punta del iceberg. Así pues, lo más inteligente es centrarse en tratar de hacer las cosas bien en lo deportivo, aprender de los errores del pasado y cruzar los dedos para que los Messi, Neymar y compañía eclipsen de alguna manera el mal rollo que se ha instalado en la atmósfera culé. Las próximas elecciones determinarán cual es la opinión del socio respecto al mandato de la actual junta directiva.

Por otro lado, Pep, a mi entender, cometió algún error en su comparecencia. No veo acertado criticar a tu antiguo presidente el mismo día que anuncias el interés por fichar a un futbolista de tu anterior club, que además tiene contrato en vigor. Suena a desviar la atención a desenfocar el asunto, aunque no sea esa su intención. Además, creo que estas declaraciones serían más lógicas en un marco alejado del Bayern, quizás en una entrevista privada y personal y no en un acto en el que al fin y al cabo, ejerces como entrenador del campeón de la Champions y rival directo precisamente del propio F.C.Barcelona. De una forma u otra pones en un aprieto innecesario a tu actual club.

El otro error, es que me parece que Guardiola le exige demasiado al actual aficionado del Barça y me explico. Pep habla como si la gran masa social azulgrana entendiera como funciona el entorno del club, cuando realmente creo que muchos simplemente disfrutan de la superficialidad de este deporte. Usan el fútbol como distracción a sus problemas diarios que por desgracia, últimamente, no son pocos. Para este grupo numerosísimo, las palabras de Pep serán poco entendidas. Ahi le faltó al de Santpedor ser más concreto y especificar quien, cómo y de que manera provocó su enfado. Rosell aducirá que él nunca malmetió contra el de Santpedor y al final muchos pensarán que todo este lio se debe a una guerra personal entre presidente y ex-entrenador. Una guerra en la que el gran damnificado es el Barça.

Eso es lo que al final el gran público detecta y lo que hace peligrar un activo tan importante como Pep Guardiola. Esperemos que unos y otros sepan estar a la altura.

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