domingo, 3 de marzo de 2013

Hipnotizar a un espejo

Tres partidos horribles ofrecen un saldo desolador para el F.CBarcelona. En lo que respecta a la Champions, el Milán lo tiene todo a su favor tras el 2-0 en San Siro. Un gol de los italianos en el Camp Nou obligaría a los de Roura a marcar cuatro. Pintan bastos. En Copa, un Madrid práctico y con oficio bastó para liquidar por la vía rápida una eliminatoria que lanza un 4-2 incuestionable.
Ayer en liga los merengues repitieron triunfo. Con un equipo de circunstancias pensando en el Manchester United, vencieron por 2-1 en un encuentro insípido por parte de ambos conjuntos, fruto quizá de la situación liguera. Y es que los 90 minutos de ayer, más que en la clasificación, afectan en lo anímico. El máximo rival vuelve a ser superior ante un Barça indolente y soso. El Madrid jugó a esperar y el Barça a no ser sorprendido. Estando a 16, con CR7 en el banquillo y tras la debacle copera, se daban todos loscondicionantes para salir a sentenciar la liga. Si pierdes sigues a un diferencia casi insalvable de 13 puntos, si ganas te pones a 19 y generas dudas en el equipo blanco de cara la Champions donde aún es rival directo. En definitiva, no había nada que perder. Y sin embargo, perdieron. No hubo alma.

Desde el barcelonismo se buscan razones a este descalabro inesperado. La marcha del equipo hasta el parón navideño invitaba a un optimismo justificado a tenor de lo visto sobre el césped. El equipo logró un récord de victorias jamás logrado hasta la fecha. Aunque los inicios fueron complicados, poco a poco el juego fue harmonizándose hasta rozar los momentos álgidos de la época Guardiola. Las mismas señas de identidad, la misma idea, el mismo patrón de juego con un plus de innovación, basado principalmente en conceder un poco más al rival para obtener encuentros más abiertos.

En Enero comienza un bajón de juego paulatino que alcanza su punto álgido, espero, ayer en el Bernabeu. ¿A que se debe pues este socavón? La enfermedad de Tito, la inexperiencia de Roura, problemas internos en la plantilla, falta de motivación de un grupo acomodado en exceso, un discurso o filosofía extenuada y que pide a gritos una revisión...

Supongo que como siempre la respuesta está en los grises. Quizá una pizca de todos esos factores es lo que desemboca en una situación como la que atraviesa actualmente el F.C.Barcelona. En mi opinión existe un componente importantísimo en esta ecuación. Hablo del aspecto físico. Creo que el equipo ha llegado fundido, exhausto a este tramo de temporada (No es nuevo y alguien debería tomar de una vez cartas en el asunto).

Eso se nota principalmente en un elemento indispensable en el juego del F.C.Barcelona, la presión defensiva. Si algo ha caracterizado al Barça de Rijkaard, Pep o Tito, es el ansía por recuperar el esférico cerca del área rival y en el menor tiempo posible. El conjunto azulgrana sufre lo indecible cuando debe defender por detrás del balón. La falta de costumbre supongo. También padece en exceso cuando esa línea alta es superada, obligándole a correr hacía su propia portería.

La presión es eficaz cuando se realiza de manera coordinada y colectiva. El Barça ahora mismo carece de ambas cosas. El estado físico de los jugadores provoca que se ejecute este arte a destiempo y de forma deslabazada. El conjunto rival sale con relativa facilidad de su área para iniciar jugada. Además se encuentra con un equipo largo y con las líneas muy distanciadas. En definitiva, un chollo. No solo eso, los defensas rivales pueden superar varias líneas con pases largos precisos, ya que disponen del tiempo necesario para ello. Ayer mismo, Ramos o Varane realizaron a placer centros que encontraban siempre receptor, principalmente en Morata o Pepe. Elementos que permiten que el rival respire y mantenga a los culés lejos de su área.

El estado físico no solo influye en la presión defensiva, también en el planteamiento ofensivo. El Barça es un falso especulador. Siempre lo ha sido. Su fútbol se basa en poseer siempre el balón, aunque realmente no tengan intención de llegar a portería con él. En pocas palabras, usan el esférico para defender. Si el rival no lo tiene, no puede generarme peligro. Aunque se le acuse de enredar más de la cuenta, lo cierto es que su posesión, aunque parece que no sirve de nada, siempre tiene un fin. Cuando se trata de atacar, el Barça usa la circulación y el control del tempo, para hipnotizar y picar. Es decir, especula, pero siempre con la intención de llegar a portería. En los últimos encuentros el Barça solo usa la primera acepción, principalmente porque no se ven con frescura ni ánimo para otra cosa. Buena muestra de ello es que apenas ha generado 3 o 4 ocasiones (Y no claras) en los últimos tiempos. El problema de jugarte esta carta, es que cuando el rival golpea, cambiar tu dinámica se vuelve una quimera. Ocurrió en San Siro y en el Bernabeu. El partido transcurre sin sobresaltos, parece que lo tienes todo controlado. No generas peligro, ellos tampoco a tí. Te amodorras, te adaptas a ese trote cochinero y al final es como si hipnotizaras a un espejo.

Hablando ya en el aspecto más táctico, diremos que jugamos demasiado al pie. No hay desmarques de ruptura, no hay 2x1 en bandas, las alas son poco profundas y no resultan amenaza para el rival. Todo ello conlleva a que el equipo rival se cierre y conceda los laterales. Los pasillos interiores son telas de araña donde Messi, Cesc e Iniesta quedan atrapados inevitablemente. No hay movilidad, ni intercambio de posiciones, ni llegadas de segunda línea. No hay disparos lejanos, no hay rematadores que puedan finalizar un centro lateral. Ahora mismo, no hay nada.

Desde el banquillo faltan soluciones. Hablo de una revolución, algo que espolee a la plantilla. Quizá un cambio en el dibujo o la inclusión de alguna modificación sustancial en las alineaciones, incluso del propio filial. Parece claro que Messi ya no se siente tan a gusto jugando como falso delantero. El Pibe necesita alguien que arriba fije atenciones y arrastre defensas. Un elemento agresor que barra y despeje el horizonte. Un killer que además pueda rematar algún centro lateral. Villa o Alexis parecen los elegidos, aunque ojo, Araujo e incluso Dongou podrían tener su oportunidad. Un 4-2-3-1 en el que Messi actuaría de enganche.

Otra opción sería plantear un 4-3-1-2. Quizá un cambio menos visible. Se trata de ubicar a Leo como lanzador, con 2 balas por delante a modo de receptor. Deulofeu podría ser uno de ellos. Lo que hablábamos antes de achuchar a una plantilla quizá algo acomodada. Tener a un chaval del filial pidiendo paso siempre supone un plus para el consolidado. No se trata de modificar la idea, solo la disposición. Algo que haga pensar a un rival ya habituado a nuestro sistema de juego y a sus protagonistas.

Han de volver las bandas. Apostar por Tello, Ubicar a Adriano como lateral y a Jordi Alba como extremo. La cuestión es dinamizar y dar profundidad a los laterales. Obligar al equipo rival a ensancharse, a bascular, arrastrar a los volantes y que se vean empujados a dar cobertura en los carriles generando así pasillos en la zona central para que Messi y los llegadores puedan asociarse y ser determinantes. Villa no es solución por su falta de velocidad y desborde. Alexis tiene velocidad, pero no dribbling. Sus características son otras. ¿No lo ven?

Lo positivo de todo esto es que el Barça aún está a tiempo de reaccionar. Se ha perdido un título y lo más doloroso, ante el máximo rival. Sin embargo, en liga, el equipo transita con paso firme y a mucha distancia del segundo. En Champions, seguimos vivos y aunque complicado, no es ni mucho menos imposible pensar en pasar a cuartos. Este equipo nos ha malacostumbrado. tanto, que valoramos esta liga casi como un trofeo menor. Ver para creer. Llegar es fácil, mantenerse es lo complicado. Este grupo lleva en la cresta de la ola tanto tiempo que ya ni me acuerdo de cuando ni donde la tomó. Los rivales también juegan y se preparan y fichan y compiten. Esto no deja de ser un deporte, un juego en el que los factores y los detalles, importan. La enfermedad de Tito, un penalty absurdo e innecesario, un poste, un momento de zozobra física generalizada, la lesión de tu batuta, un error arbitral... todo cuenta.

Toca rearmarse. Este equipo ha demostrado tantas veces de lo que es capaz, que me es imposible dejar de creer en él. Eso sí, es necesario que se adopten medidas. Por si solo, esto no se va arreglar. Hay ciertos jugadores que no están para jugar, el dibujo actual no funciona, la preparación física no es la adecuada... Roura ha pasado de revisor en la sala de máquinas a capitán de un transatlántico. Injusto. Decisiones drásticas aunque puedan resultar dolorosas. Las reacciones llegan desde la metamorfosis.

PD: Era evidente que tarde o temprano, el grupo notaría la marcha de Pep. Su sombra es muy alargada. Si además en esos momentos no está Tito para calmar y orientar, la cosa se complica. Asumamos que estamos en una temporada de transición, con el aditivo de una situación atípica de nuestro primer entrenador. Si aún con todos estos condicionantes, se logra ganar la liga, debemos considerar la temporada como un éxito. Eso sí, asumiendo los errores y tomando decisiones drásticas de cara a la 2013-2014. Lateral derecho, Central y Neymar. Ahí está la hoja de ruta.

 

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