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| Cesc, ayer, fundamental Imagen cortesía de mundodeportivo.es |
Partidazo en el Pizjuan. Un Sevilla aguerrido, intenso y poderoso, puso contra las cuerdas a un Barça que supo tener paciencia y oficio incluso en los momentos más complicados. El Barça se acuesta a 11 del Madrid y se asegura llegar al clásico con su ventaja intacta. Tito inicia su andadura como técnico con un 18 de 18 que sin embargo no debe maquillar ciertas carencias defensivas alarmantes y que requieren una corrección rápida si de verdad queremos tener alguna opción de ganar los títulos por los que competimos.
1. El Barça sale enchufado al partido desde el minuto 1. Se ve al equipo fresco, rápido en la circulación, ejerciendo una muy buena presión sobre la defensa sevillista y Palop. La ausencia de partido intersemanal, se notó. El equipo se mostró sólido, avanzando y defendiendo en bloque, practicando jugadas al primer toque vertiginosas que no acabaron en gol de milagro. En definitiva, un Barça muy parecido al que todos queremos ver esta temporada. El Sevilla en esta fase de partido se vió obligado a jugar al balonazo, en busca de una contra o una segunda jugada, buscando siempre a Navas o Negredo, islotes en el océano azulgrana.
2. El gol destroza el ánimo culé. Más de lo mismo, el Barça no certifica su dominio e intención con un gol que le sitúe en ventaja y permita encarar el encuentro con mayor tranquilidad y menor exigencia. El Sevilla se anota el primer tanto con muy poco, en realidad, con lo único que tuvo en la primera mitad. Una contra tras envío largo de la defensa a la zona medular. Song busca la anticipación, pero no acierta. El balón llega a la zona derecha en contraataque vertiginoso. El chut en primera instancia de Medel rebota en Busi, quedando franco para el remate de Trochowsky. Valdés pudo hacer más. A partir de ahí los de Tito se diluyen en el impetú y entrega de los locales.
3. Urge encontrar un rol para Alexis. Partido lamentable del chileno. No encara y en las pocas ocasiones en las que intenta el 1x1, suele perder. Además sigue buscando demasiado el suelo cuando recibe el mínimo empujón. No está cómodo ni con su posición, ni con su cometido. Tito sigue ubicándolo en banda y ahí no participa ni causa problemas a la zaga rival. Fijando centrales en la posición de nueve o saliendo desde el banquillo cuando el partido se abre, puede ser mucho más determinante para el equipo.
4. El segundo gol del Sevilla, tras la reanudación, evidencia los problemas defensivos por los que atraviesa el equipo. Ojo, la culpa no es solo de Song, excesivamente contemplativo en su carrera con Negredo. El error parte de un pase que Busquets regala en la medular. Ese robo supone un 3 para 2 mortal de necesidad. El Barça está jugando excesivamente en horizontal y con nuestros laterales muy avanzados. Si conservas el esférico, tus opciones en ataque se multiplican, pero al mismo tiempo, si la pierdes, estás vendido.
5. Cesc emerge para rescatar al Barça. Bien sea por indicación de Tito, bien por decisión propia, Fábregas decidió abandonar su posición para convertirse en el nueve que pide a gritos Messi. El primer tanto de zurdazo lejano, llegando de segunda línea. Un recurso que emplea poco el Barça, pero que resulta muy interesante y eficaz ante defensas muy cerradas. El segundo, con la puntera, recibiendo una asistencia majestuosa de Messi. Tras una primera parte decepcionante, Cesc se erige en el líder del equipo a base de recorrido, verticalidad y deseo.
6. Messi y su paciencia. En realidad esa fue ayer la virtud de los de Tito. Incluso con un 2-0 en el marcador, el Barça no pierde su identidad. La desnaturalización no está permitida en este equipo. En otra situación, otro se hubiera ofuscado con jugadas individuales imposibles o lanzamientos lejanos. Messi hizo todo lo contrario. Con el de Arenys en plan socio total, Leo creció en participación. Dos asistencias geniales para sellar un triunfo épico. En el empate con su pase a Cesc. En el gol del triunfo, una pared excelsa con villa que el guaje certifica con un gran disparo. Insisto, clave ayer que el Barça no renunciara en ningún momento a su estilo y filosofía de juego.
7. Para que Messi, Cesc, Villa y compañia puedan desarrollar su fútbol en los pasillos interiores, es imprescindible abrir bien el campo. Alba fue quien mejor lo entendió. No solo fue profundo y largo, también supo controlar las subidas de Navas, un incordio ayer por esa banda. Partidazo pues del lateral, dejando patente que su rol en este equipo irá in crescendo.
8. Tito vuelve a acertar con los cambios. Alexis, Busquets y Alves para dar entrada a Thiago, Tello y Villa. El equipo ganó en profundidad por bandas, desequilibrio por el centro y definición en los metros finales. El guaje fue junto a Cesc, el receptor de Leo. Cambia el panorama. Y eso indica que el equipo se siente muy cómodo con el 4-3-1-2, siendo Messi el enganche y Cesc junto a Villa los arietes. Tras 6 jornadas me queda claro que el equipo funciona mucho mejor cuando Leo tiene gente por delante que incordie a la defensa y a su vez puedan ser receptores de su magia. Además, esa atención que generan los delanteros avanzados, libera en cierta medida al 10, que puede buscar vías alternativas para generar peligro.
9. Villa sigue reclamando un hueco en el 11. Su gol de ayer vale tres puntos y la posibilidad de mantener distancias con el Madrid a una semana del clásico. En el poco rato que estuvo sobre el césped evidencio ganas y acierto. Desde luego en mi opinión está por delante de Alexis en la rotación.
10. Lahoz desquicio a todos. Su interpretación tan particular del reglamento acaba despistando a los futbolistas. Su variación de baremo a medida que el partido avanza, tampoco ayuda. Eso sí, creo que acertó en las jugadas polémicas. Medel mereció la expulsión. Primero agarra el balón y no lo suelta. Cuando Cesc trata de quitárselo, el chileno le envía un puñetazo al brazo que no impacta. Cesc se enfada, se encara y el sevillista pica con ese cabezazo infantil y evitable. El sevillismo libera al futbolista de responsabilidad. Craso error. En cuanto a las manos de Thiago, previas al segundo gol de Cesc, decir que son totalmente involuntarias. El balón llega de un rebote, así que no puede existir nunca intencionalidad. La caverna tirará de teorías villaratiles. Tiene guasa que esto ocurra con el árbitro fetiche de Mou como diana.
Conclusiones:
El equipo sigue creciendo, aunque sufriendo más de lo deseable. No siempre sonará la flauta. Tenemos problemas para abrir la lata y eso convierte en fútil nuestra capacidad de dominar los partidos.
El agujero en la zona central es una realidad. Mascherano y Song, nos pongamos como nos pongamos, no son centrales y eso se nota en ciertos movimientos de ajuste y en una sensación de inseguridad que se transmite inevitablemente al resto de futbolistas. Sufrimos mucho en la segunda jugada. Defender cualquier balón aéreo se convierte en un suplicio. Jugamos de forma muy horizontal. Cualquier pérdida deja a nuestra defensa en inferioridad numérica. Pero no todo es responsabilidad de la línea defensiva. Regalamos demasiados balones en el centro del campo y el 4-3-3 se convierte en ocasiones en un 2-1-7 suicida, que sí, incide en un mayor poder ofensivo, pero a su vez deja vendido a Busi y los centrales cuando recibimos contraataques.
Cesc debe jugar como falso 9 y Messi crece exponencialmente con alguien por delante que fije a los centrales o pueda convertirse en receptor ocasional. Si son dos, mejor que mejor.
Por otro lado, hay que felicitar al equipo por su capacidad de reacción, por saber pelear los partidos hasta el minuto 90 y más allá. Hay que congratularse por su fe inquebrantable, por su espíritu ganador. Estas primeras jornadas están permitiéndonos descubrir a un equipo con oficio, paciente y que confía plenamente en sus posibilidades. Eso sí, hay que tenerlo claro, a la heroica no se consiguen títulos. Debemos aprender a cerrar los partidos mucho antes. Eso permite salvaguardar el físico y no tener que apostar a rojo o negro día sí, día también.
